Cuando haces clic en enviar en una campaña de emails, probablemente te la imaginas enviada directamente a la bandeja de entrada de tu cliente. En realidad, el email sigue un camino más complicado. Tu mensaje salta de un servidor a otro, atravesando redes que no controlas, hasta que finalmente llega a su destino.
Y aquí está el truco: si esas conexiones no están encriptadas, tu mensaje es esencialmente una postal. Cualquiera que lo manipule por el camino (proveedores de internet, routers comprometidos o incluso agentes malintencionados) podría leer o modificar el contenido.
Ahora piensa qué tipo de mensajes estás enviando:
¿Te sentirías cómodo enviando eso en una postal? Probablemente no…
Aquí es donde entra en juego el TLS.
La Seguridad de la Capa de Transporte (TLS) es un protocolo que encripta la conexión entre servidores de email. Piensa que es como sellar una carta en un sobre antes de enviarla por correo. TLS garantiza que tus emails viajen en ese sobre sellado: ocultos de miradas indiscretas, protegidos de manipulaciones y entregados con la confianza de la que depende tu marca.
Cuando tanto el servidor emisor como el receptor admiten TLS, los mensajes se transmiten de forma segura. Esto protege la información sensible, mantiene la confianza del cliente y ayuda a garantizar el cumplimiento de las normas de privacidad.
El email ya no es solo un canal de marketing, ya que las empresas envían facturas, verifican identidades, restablecen contraseñas y comunican detalles sensibles. Cada uno de esos mensajes merece protección en tránsito. TLS ayuda de cinco formas clave:
Sin TLS, tu email puede ser interceptado, leído o incluso alterado por cualquiera que tenga acceso a la red entre servidores. Puede tratarse de un ISP, un router comprometido o un agente malintencionado que realice un ataque del tipo «man-in-the-middle».
Con TLS la conexión está encriptada. Aunque alguien intercepte el tráfico, lo único que verá serán datos codificados que no podrá leer.
Los clientes son cada vez más conscientes de la seguridad digital. Si descubren que tu marca envía emails sin cifrar, se reflejará negativamente, aunque no ocurra nada malicioso.
Algunos clientes y proveedores de email incluso muestran indicadores de seguridad (como el icono de un candado) cuando se utiliza TLS. Estas señales sutiles refuerzan que tu marca es profesional y digna de confianza.
Marcos normativos como el RGPD, la HIPAA y normas industriales como la PCI DSS esperan que las empresas tomen medidas razonables para proteger los datos personales en tránsito. TLS se considera el mínimo básico.
No utilizar TLS no solo pone en peligro a tus destinatarios, sino que también puede hacer que no cumplas la normativa, lo que te acarrearía multas, auditorías o problemas contractuales con tus socios.
Los proveedores de email (como Gmail, Yahoo, Outlook) se preocupan por la seguridad de sus ecosistemas. Si envías sin TLS algunos proveedores pueden despriorizar tus mensajes, marcarlos como menos seguros o, en algunos casos extremadamente raros, rechazarlos.
Mientras tanto, el uso constante de TLS indica a los proveedores que eres un remitente legítimo que valora las prácticas seguras. Eso puede ayudar a tu reputación como remitente y mejorar la llegada a la bandeja de entrada.
Sin TLS forzado los atacantes pueden a veces engañar a los servidores para que pasen a la entrega en texto plano. Esto deja tu mensaje expuesto, aunque ambas partes admitan TLS.
Configurando STARTTLS con refuerzo, bloqueas este riesgo. Tu email o se entrega de forma segura o no se entrega en absoluto, no hay término medio inseguro.
Por defecto, muchos servidores de email intentan utilizar TLS si ambas partes lo admiten, pero si TLS no está disponible, volverán a la entrega sin cifrar. Eso significa que tus emails podrían seguir viajando como postales.
STARTTLS es un comando del protocolo de email que indica a un servidor de correo electrónico que cambie de una conexión no cifrada a una cifrada mediante TLS. Y, lo que es más importante, puedes configurar tu sistema para que aplique STARTTLS forzosamente, exigiendo que todos los emails dirigidos a un dominio determinado estén encriptados o, de lo contrario, no se entreguen.
Como ya se ha dicho, esto evita los ataques de paso a texto plano, en los que un agente malintencionado fuerza la conexión para que cambie a una entrega insegura.
La buena noticia para los remitentes es que la mayoría de los ESP modernos y las normas de seguridad exigen ahora TLS 1.2 o superior (incluido Mailjet) y no requieren ninguna acción por tu parte. Esto significa que ya estás operando sobre una base segura. Sin embargo, algunas plataformas siguen aceptando TLS 1.0 y 1.1, que se consideran anticuados y menos seguros. Si gestionas tu propia infraestructura, asegúrate de que tus servidores admiten TLS 1.2 o superior.
TLS ya no es algo opcional. Es la norma para proteger a tus destinatarios, tu marca y tu entregabilidad. Activando y aplicando STARTTLS, te aseguras de que tus emails no solo se entregan, sino que se entregan de forma segura.
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